domingo, 24 de noviembre de 2013

Alubias verdinas con chipirones



Hoy guisamos unas verdinas con chipirones para cuatro comensales.








Las alubias verdinas se crían de toda la vida de Dios en el Valle de Ardisana, en Llanes, Asturias, y de un tiempo a esta parte, se cultivan -también- en la Mariña Lucense, la costa cantábrica de la provincia de Lugo. Tienen justa fama de ser suaves, sabrosas y muy tiernas. Hechas las debidas averiguaciones estadísticas, no ganan a las pochas de Sangüesa y de la Ribera de Navarra, ni a las pintas de León, pero están muy buenas. Como decía Lope de Vega en un poema tan desconocido como maravilloso: quien lo probó, lo sabe.


Vamos al guiso: Tomamos unas verdinas (cien gramos por comensal)...









... que ponemos a remojo en abundante agua fría de víspera, antes de acostarnos la noche anterior a la ingesta.









Como es natural, las alubias hinchan en el remojo hasta más que doblar su volumen. A la mañana siguiente, escurrimos...










... y llevamos a la cazuela, con una cabeza de ajo entera.









Cubrimos con agua fría hasta dos dedos por encima del nivel de las alubias, y llevamos a fuego vivo.









Ponemos a la mano un vaso de agua fría...










... porque hay que "asustar" las alubias por tres veces: cuando arranca el hervor, se echa medio vaso de agua fría. Con ello, se interrumpe el hervor. Cuando vuelve a hervir, se echa otro medio vaso de agua fría, y se vuelve a interrumpir el hervor. Cuando vuelve a hervir, se vuelve a interrumpir el hervor con un tercer medio vaso de agua fría. No hay argumento científico que lo justifique, pero así se hizo desde que el mundo es mundo y al autor le pilla el día sin ganas de discutir. Las verdinas, como todas las alubias, se hierven hasta que estén al punto, fenómeno que sucede entre la hora y dos horas de cocción a fuego medio -al chup-chip- o a los veinte minutos en la olla a presión, al dos. Hoy nos han costado una hora y cuarto al cup-chup.



Mientras hierven las verdinas, disponemos los chipirones: un puñadito por comensal. Digamos que medio kilogramo para los cuatro comensales.









Hay quien limpia los chipirones con esmero, hay quien los deja según vienen de la pescadería, y hay quien se limita a quitarles la pluma. El autor es partidario de limpiarlos con esmero, y tiene el record establecido en una comida para veinte comensales, dos bandejas cumplidas, que fueron lavados con minuciosidad y esmero. La verdad, y hay que decirlo, es que el lavado de los chipirones es un trabajo como para Heracles, pero hay que hacerlo para conseguir el plato en los términos en que nos lo hemos planteado.



Los chipirones se limpian retirando el estómago de entre las patas (una bolsita que está entre los tentáculos y que alberga unas cuchillas de carey con las que mastica el calamar), retirando el pellejo que envuelve el saco, retirando el contenido del saco, y lavándolo todo al chorro de agua fría.









Limpios los chipirones, tomamos un poco de cebolla (media cebolla cumplida para las cuatro raciones) y un pimiento verde pequeño.









Troceamos bien pequeño la cebolla y el pimiento, y lo llevamos a la sartén con un chorro de aceite de olivas, como de una cucharada por comensal...









... y dejamos que poche a fuego medio.








Cuando están casi pochados cebolla y pimiento, añadimos los chipirones bien limpios...








... y damos unas vueltas para que se haga todo junto.








Dejamos que los chipirones vayan tomando un poco de color...








... y cuando presentan las irisaciones color canela...








...echamos el contenido de la sartén a la cazuela donde hierven las verdinas.








Damos unas vueltas, corregimos de sal, y dejamos hervir por un cuarto de hora más.


Emplatamos y servimos:







Que sea de gusto.



Montadito de queso azul con nuez y miel

Preparamos unos montaditos de queso azul, con su gotita de miel y media nuez, para que los sabores se equilibren entre sí. 







Disponemos los ingredientes: queso azul, miel y nueces...








... y disponemos una rodajas de pan del día.








Ponemos una gotita de miel en cada trozo de pan.








Ponemos un trozo de queso azul, y coronamos con media nuez







Rematamos con un chorrito de miel encima de la nuez







Que sea de gusto. 



Tallarinas abiertas a la plancha con su ajito y su perejil



Hoy preparamos un aperitivo de tallarinas, unos lamelibranquios muy agradecidos en el paladar. Los abriremos a la plancha, con su toque de ajo y perejil.








Disponemos unas tallarinas...









... que ponemos en un lebrillo con agua y un puñadito de sal, para que purguen la arena









Al cuarto de hora, escurrimos en un colador...








... y reservamos. Tomamos un diente de ajo y unas hojas de perejil, que troceamos muy menudo.









Ponemos al fuego una sartén con una cucharada de aceite...








... y llevamos al fuego hasta que esté bien caliente, y echamos las tallarinas, sin más.








Cuando empiezan a abrirse, echamos una pizca de sal y el ajo y el perejil picados. Damos unas vueltas y esperamos a que se abran casi todas. (Casi, porque siempre quedará un remanente de bichos muertos antes de tiempo que no consiguen abrirse, y que hay que desechar).








Cuando están abiertos...








... emplatamos.







Que sea de gusto.




domingo, 17 de noviembre de 2013

Pincho de York, Frankfurt y tomatitos cherry


Cuando lo que toca es cenar algo, siempre se puede remediar con un adarme de gastronomía para que el algo sea, a su vez, sabroso.


Tomamos un trozo de jamón de York, un par de tomatitos cherry y un par de trozos de salchicha de Frankfurt por pincho, y lo ensartamos todo en un palillo de brocheta. Lo llevamos a la plancha con un trozo de mantequilla del tamaño de una chirla por cada pincho. Llevamos a la plancha.






Cuatro minutos por cada lado, y servimos.






Que sea de gusto. 


El Taboulé de Julio



Don Julio Herrero Culebras es maquinista naval jefe que navegó por los catorce mares de los siete que hay; es, también, ferroviario de estirpe (bisnieto de Judas Culebras, el maquinista, luego ferroviario desde los tiempos de Judas, no os digo más) y, sobre todo, amigo." El chef" le llamaban en esos puentes de buque, en esos mares de Dios, cuando le daba por guisar con el primor que la comida siempre merece. Julio nos manda una receta que publicamos con cariño sincero:


Recordando mis tiempos en Israel, me vienen a la memoria platos muy usuales allí: el goulash, el humus, el taboulé, etc.


Hoy preparé este último, el TABOULÉ. Una ensalada de cuscús muy sabrosa.
En las fotografías se ve por un lado los ingredientes principales, aunque falta alguno, pero se aprecian las cantidades y la forma de preparación.








INGREDIENTES para 6 personas

  • 300 gramos de CUSCÚS
  • 1/2 pimiento rojo
  • 1/2 pimiento verde
  • 2 cebollas tiernas medianas
  • 1 pepinillo grande (sin las semillas)
  • 2 tomates grandes (sin las semillas)
  • Un buen puñado de perejil (solo las hojas)
  • Medio puñado de cilantro
  • Media docena de hojas de mente o hierba buena
  • Pimienta negra en grano (15 ó 20 granos)
  • Clavo (tres ó cuatro Clavos)
  • Comino en polvo (una cucharilla)
  • Mantequilla (una cucharada sopera)


Para el aliño

  • Zumo de dos limones
  • Zumo de dos limas
  • Triple cantidad de aceite de oliva virgen que de zumo
  • Una cucharilla de perejil
  • Una cucharilla de pimiento verde
  • Una cucharilla de pepinillo
  • Una cucharilla de sal


Batir y reservar

ELABORACIÓN

Picar todos los vegetales en pequeños cuadraditos (recordar quitar las semillas a los tomates y pepinillo)
Picar muy fino el perejil, el cilantro y la menta.
Mezclar todo en un bol, añadiendo una pizca de sal.

Para el CUSCÚS, poner a calentar 300 ml de agua, a la que se añadirá la pimienta negra, el clavo, y el comino, y pizca de sal. Llevarlo a hervir durante dos o tres minutos.
En un bol, ponemos el cuscús y añadimos el agua hirviendo (colándola), y revolviendo suavemente con un tenedor. Lo dejamos así tres o cuatro minutos para que el cuscús absorba el líquido. Añadimos la cucharada de mantequilla, en pequeños trocitos, y volvemos a poner al fuego (a fuego lento) durante otros tres o cuatro minutos, revolviendo con un tenedor para que la mantequilla se funda y el cuscús quede suelto.

Se vacía el cuscús en el bol donde tenemos los vegetales, se añade el aliño, se mezcla todo bien,... y ya está.

Si es verano, dos horitas de frigorífico. En tiempo frio, sin frigo, directamente.








Buen provecho.



Tortilla de alcachofas


Hoy preparamos una tortilla de alcachofas.

Tomamos unas alcachofas frescas (una y media por comensal)...






... a las que retiramos todas las hojas que puedan resultar fibrosas a la hora de comer, y cortamos en plumas, como ocho o diez tajadas cada mitad.






Tomamos unos dientes de ajo (uno por comensal)...






... que troceamos en cachos pequeños, pero no muy pequeños. por ejemplo, en veinte cachos cada diente.






Llevamos a la sartén las alcachofas con un chorrito de aceite (como de una cucharada sopera por cada comensal), y una pulgarada de sal, a fuego medio y por un buen rato (como de quince minutos), y añadimos el ajo para que se haga por cinco minutos más.






Mientras se hacen las alcachofas, tomamos unos huevos (uno por comensal)...






... que batimos con entusiasmo...







... hasta que se consigue una emulsión homogénea. Entonces, añadimos las alcachofas y el ajo, una pizca de sal e infusionamos bien.






Llevamos al fuego una sartén limpia con una cucharada de aceite.






Cuando ha tomado temperatura (cuando empieza a humear), añadimos los huevos batidos con las alcachofas y el ajo fritos.






Dejamos que se vaya haciendo mientras recogemos por los bordes hacia el interior, dando forma a la tortilla. Pasados unos cuatro minutos...






... la damos la vuelta y la reintegramos a la sartén...






... para que se vaya haciendo por el otro lado, y seguimos recogiendo de los bordes hacia el interior.






Pasados esos cuatro minutos, la tortilla está hecha.






Emplatamos y servimos.






Buen provecho.