miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mazamorra con huevas de maruca



La mazamorra es como el ajoblanco, pero más espesa. Esa es la razón de que refresque divinamente y, a la vez, sea un primer plato como Dios manda. Se puede aderezar al gusto; por eso, por nuestro gusto, lo aderezamos con un as huevas de maruca, unas alcaparras y un tomatito cherrry.









Empezamos por disponer los ingredientes: Ajo, la mitad de un diente; pan de molde sin costra, una tajada y media; almendras marcona crudas, un par de cucharadas; agua fría, media copa de las de vino; nata para cocinar, la misma cantidad que de agua; sal, una pizca; vinagre blanco o de sidra, una cucharada de las de postre; y aceite fino de oliva, una cucharada de las de postre; medidas todas por cada ración.









Llevamos al vaso de la batidora el pan, las almendras, el ajo, el agua...









... el vinagre, la sal y el aceite.








Añadimos la nata...










... y trituramos a la máxima potencia hasta conseguir una crema espesa, pero no demasiado porque en la espera espesará más. Digamos que la consistencia adecuada es la de un puré de patata ligero. Así conseguida, le damos un descanso de dos horas en la nevera.









Tomamos unas huevas de maruca...









... que cortamos en tajadas muy finas. Emplatamos y decoramos el plato con las tajadas y añadimos unas alcaparras y el tomatito.








Que sea de gusto.




martes, 9 de septiembre de 2014

Ajoblanco



Hoy, presos de los rigores del verano, preparamos un ajoblanco. Hay quien lo supone de Almería como hay quien lo asegura de Córdoba. En todo caso, es un espléndido plato que Andalucía ha puesto a disposición de nuestro paladar.









El ajoblanco, de verdad y como Dios manda, se prepara con ajo, almendras crudas, pan de víspera remojado en agua fría, sal, aceite y vinagre. El autor, dado que no tiene por que dar explicaciones a nadie ni tres cuartos al pregonero, le añade leche entera para conseguir mayor cremosidad, y le pone pan de molde por el mismo motivo.










Las proporciones iniciales son de un puñaíto (un par de cucharadas) de almendras marcona crudas, una tajada y media de pan de molde sin costra, medio diente de ajo, una pizca de sal, una cucharadita de las de postre de vinagre, una -sopera- de aceite fino de oliva, medio vaso (de los de vino) de agua bien fría y otro tanto de leche entera. Todas las medidas son por cada comensal.


Llevamos el pan y las almendras al baso de la batidora.








Añadimos el agua, el vinagre, el aceite y la sal.








Añadimos la leche...








... y trituramos con energía, con la batidora a máxima potencia, hasta conseguir una crema homogénea y legera, más o menos de la consistencia del gazpacho. Si no lo conseguimos a la primera (porque para eso eran proporciones iniciales), añadimos más pan o más agua, según debamos espesar o aclarar la crema. Dejamos reposar un par de horas en la nevera.








Servimos en cuenco o copa decorando con unas uvas peladas y despepitadas.







Que sea de gusto.