La coliflor es una de las pocas flores que se comen desde antiguo. Hoy la vamos a preparar de la forma más exquisita que se haya conocido: simplemente hervida, y aderezada con un chorrito de aceite fino de oliva y unas gotas de vinagre.
Disponemos una coliflor...
... a la que sacamos los arbolitos y llevamos a remojo de agua fría con un chorro de vinagre para quitarle las huevas que pudiere tener.
Disponemos unas patatas que pelamos y troceamos en tajadas gruesas. La razón es que en el plato quede un tercio de patatas contra dos tercios de coliflor).
Llevamos a ebullición con su buena pulgarada de sal. La cocción se lleva entre quince y veinte minutos. Sabremos el punto pinchando la patata y la coliflor con un tenedor o un palillo: Si entra con facilidad y sale con facilidad es que ya está listo; o con una espátula de madera, si parte con extraordinaria facilidad o no.
Escurrimos, emplatamos y aderezamos con un chorrito de aceite de oliva fino y unas gotas de vinagre.
Que sea de gusto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario