En Lérida se cocinan los caracoles con primor y en muchas presentaciones. Una de las preparaciones es "a la Gormanda" que resulta sabrosa y mucho más ligera que los salseados de tomate y puerco.
Disponemos unos caracoles que hemos comprado cocidos y congelados en un proveedor de confianza para ahorrarnos la faena de la purga, el lavado y la cocción a dos velocidades que requiere el caracol vivo.
Ponemos media cebolla picada bien pequeño en un poco de aceite (como dos cucharadas) y una pulgarada de sal.
Dejamos que la cebolla poche bien, dando buenas vueltas de vez en cuando con la cuchara de palo.
A la cebolla bien pochada le añadimos los caracoles, a los que damos una buena lluvia de pimienta negra.
Damos unas vueltas y añadimos una cucharada (de las de postre) de harina de trigo...
... y seguimos dando vueltas para que trabe todo, y hasta que la harina tome color tostado.
Que sea de gusto.
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