Hoy preparamos una tortilla de espinacas, que alegramos con unos dados de tocineta y un diente de ajo.
Empezamos por disponer un macillo de espinacas...
... que troceamos y llevamos al remojo de agua con un chorro de vinagre para soltar las arenas y las huevas que pudieren acompañarlas.
Llevamos una cazuela al fuego vivo con agua y su buena pulgarada de sal.
Cuando está a punto de hervir, que se sabe porque las burbujitas mínimas parten del fondo hacia arriba, añadimos las espinacas limpias...
... que cocemos por cinco minutos desde que empieza a hervir. Vencido el plazo, retiramos y escurrimos.
Tomamos una tajada hermosa de bacon ahumado, como de medio centímetro de espesor...
... de la que retiramos la piel y, si hubieren, las ternillas, y cortamos en dados.
Llevamos la sartén a fuego lento, con un diente de ajo y los dados de tocino, para que vayan haciéndose despaciosamente, más confitados que fritos.
Cuando el ajo se ha reblandecido, lo chafamos con la cuchara de palo para terminar de soltar sus humores, y lo desechamos, y cuando el aroma y el colorcito dicen que el bacon está hecho, añadimos las espinacas previamente escurridas.
Tenemos la preparación a fuego lento hasta que se seque, esto es, hasta que las espinacas pierdan el agua que les sobra y que va fluyendo de la verdura a la sartén, y de la sartén al cielo en forma de vapor.
Batimos huevos, en razón de tres huevos por cada dos comensales, y lo hacemos con ayuda de un tenedor y sin demasiada bravura para evitar que la clara tienda a montarse.
Incorporamos las espinacas, que aguardaban en la sartén un ratito a fuego apagado para que pierdan temperatura y no nos precipiten el cuajado anómalo del huevo. Si esto fuese un laboratorio, las echaríamos cuando perdieran temperatura bastante como para alcanzar los sesenta y ocho grados centígrados. Como es una cocina, contamos por inspiraciones y tiramos por elevación.
Tomamos una sartén limpia, añadimos una cucharada de aceite de oliva y llevamos a fuego vivo hasta que esté bien caliente, y sin que llegue a humear. Añadimos el huevo batido con sus espinacas y torreznos.
Con un par de minutos, acaso menos, la tendremos hecha por un lado. Con ayuda de un plato, damos la vuelta y damos el mismo tiempo al otro lado.
Emplatamos y servimos.
Que sea de gusto.
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