domingo, 13 de abril de 2014

Tortilla de bonito


Hoy preparamos una tortilla de bonito, un clásico de nuestra gastronomía.








Tomamos los ingredientes: un par de huevos, uno de ellos de dos yemas, y una lata de bonito en aceite de oliva. La marca no ha sido casual, es la que trae al autor el recuerdo del economato de la Renfe, dirigido por quien tenía especial cariño a los ferroviarios y sus familias: no había alubias que no fueran del Barco de Ávila, ni garbanzos que no fueran de Fuentesaúco, ni lentejas que no fueran de la Armuña o de Sahagún. Así que el autor, con todas las marcas del supermercado a la vista, se ha decantado por la de sus mejores recuerdos gastronómicos de la infancia: la que tenía el economato de la Renfe.









Sacamos el bonito, debidamente desmigado, a un colador con un lebrillo debajo para recoger el aceite.








Disponemos los huevos en otro lebrillo con una pizca de sal...








... y batimos con alegría, pero no excesivamente para que no blanquee.








Incorporamos el bonito desmigado.








Trabamos con unas vueltas para que se integre bien toda la preparación.








Llevamos a la sartén un par de cucharadas del aceite que hemos recogido bajo el colador.







El aceite, así aromatizado de la propia conserva, contiene algo de agua que ha heredado del bonito que conservó. Así que saltará un poco, pero no lo bastante para impedir su uso. Cuando está bien caliente, añadimos los huevos batidos con el bonito.








Hacemos por los dos lados, no mas de un minuto y medio por lado, para que nos quede tierna por dentro. Para dar la vuelta, procedemos como con la tortilla española, con ayuda de un plato o una tapadera.

Emplatamos y servimos






Que sea de gusto.



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