domingo, 22 de septiembre de 2013

Mízcalos a la plancha



Los mízcalos o níscalos en español -rovellóns y pinatells en catalán- son unas setas exquisitas.No es lo mismo pinetell que rovelló -son dos especies distintas- pero tan similares que las dos pueden traducirse por mízcalo.

En esto, como en todo, cada maestrillo tiene su librillo, y el del autor es que los mízcalos no se lavan, porque ya tienen demasiado agua; se preparan solos, jamás como guarnición de otra vianda; y se preparan a la plancha o a la brasa, nunca de otra manera, y por poco tiempo de fuego para que conserven el aroma, la textura y todo su sabor.






Disponemos unos mízcalos que limpiamos con ayuda de un papel de cocina y una puntilla, por si queda algo pegado que retirar, y cortamos el tallo al mismo nivel que la umbrela (el sombrero de la seta).






Así, los disponemos sobre la plancha y llevamos a fuego vivo sin nada más.






Añadimos una pulgarada de sal y atendemos a que la ebullición asome por los muñones de los tallos, lo que nos indica que la temperatura ya ha sido bastante para atravesar la seta.






Damos la vuelta con ayuda de unas pinzas para que el calor discurra por el camino contrario por un tiempo algo menor (si antes tardamos unos tres minutos, ahora no tardaremos más de dos).






Trascurrido esos dos minutos, volvemos a dar la vuelta a las setas, e inmediatamente...






... añadimos con alegría ajo y perejil picados. (Con alegría porque la mayor parte quedará en la plancha)






Inmediatamente, añadimos un chorro de aceite de oliva, dejamos que se arrebate unos segundos y...






... emplatamos.






Que sea de gusto. 

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