domingo, 15 de diciembre de 2013

Arroz con bacalao y alcachofas


Hoy guisamos un arrocito con bacalao y alcachofas, una caricia de suavidad.

Tomamos un puñado de migas de bacalao, que desalamos según protocolo (cuatro cambios de agua, uno cada doce horas).








Tomamos unas alcachofas (de dos a tres por comensal, según tamaño) y un pimiento, un puñado de guisantes y un tomate para todo el guiso.








Escurrimos el bacalao...








... cortamos el pimiento en trozos pequeños, como de una uña de meñique, tampoco menos.








Echamos en la paellera, que tenemos puesta a fuego suave, un chorro de aceite como de dos cucharadas soperas por comensal, el pimiento, los guisantes...









... y las alcachofas, a las que hemos retirado todas las hojas fuertes para dejarlas en los cogollos tiernos, y que hemos cortado en octavas partes (en dos cachos cada cuarto).








Cuando hemos incorporado todas las alcachofas, damos un buen rehogado...








... y añadimos el tomate pelado y troceado, retirando el corazón que nada tiene que hacer en este plato, y una buena pulgarada de sal.








Mientras se nos van haciendo las verduras (como por diez minutos, aunque el ajuste del tiempo la da la estampa), tomamos arroz, un buen arroz de Valencia o de Tortosa, de los de toda la vida.








Echamos una taza de arroz de las de moka por cada comensal...








... y damos un buen rehogado, como de cinco minutos, todo a fuego lento como venimos desde el principio, y propiciando que los granos de arroz tomen color perlado.








Una vez bien rehogado, echamos una cucharadita de colorante alimentario, tres tazas de agua por cada taza de arroz y una pulgarada de sal. Subimos el fuego a fuerte que no abandonaremos hasta el final del plato.








A los quince minutos, a contar desde que hierve el agua, tendremos el plato hecho. Cortamos el fuego y dejamos reposar en la propia paellera.









Emplatamos.







Que sea de gusto.

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