Hoy preparamos unas patatas viudas de toda la vida.
Disponemos las verduras: una cebolla mediana para cada cuatro comensales, tres dientes de ajo por comensal, un ajo puerro por cada dos comensales y un pimiento verde pequeño para cada cuatro comensales.
Troceamos la cebolla y el ajo puerro en burnoisse pequeña. Echamos los dientes de ajo secos enteros y sin pelar; y llevamos a la cazuela con una cucharada de aceite por comensal, con el fuego medio.
Cuando la cebolla y el ajo toman color, añadimos el pimiento, también cortado en burnoisse pequeño.
A verduras pochadas, añadimos las patatas partidas chascando tras meter el cuchillo y dar media vuelta. Añadimos, también, una cucharada de carne de pimiento choricero.
Rehogamos bien por unos tres minutos.
Añadimos agua hasta cubrir, una pulgarada de sal y una hoja de laurel.
Cocemos a fuego vivo por unos veinte minutos. En concreto: hasta que la patata se parta con el canto de la cuchara de palo con extraordinaria facilidad. Emplatamos.
Buen provecho.
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