Cuando estamos juntos, cocinamos juntos. Cuando no, compartimos nuestra cocina en el blog. Nuestra cocina es sencilla porque no tenemos pinches; económica, porque no tenemos dinero; de calidad, porque tenemos paladar y segura, porque sólo tenemos una vida para contarlo. Los autores firman cada receta y, al firmarla, juran y adveran haberla cocinado como lo han escrito, haberla comido con satisfacción y responden de que les ha sentado bien. Son los únicos requistos para publicarla.
domingo, 22 de junio de 2014
Sardinas a la andaluza
Hoy preparamos unas sardinas a la andaluza.
Disponemos unas sardinas, a razón de media docena por comensal, que nuestra pescatera nos ha descabezado y destripado en un pis pas.
Lavamos bien para acabar de quitar las escamas, y dejamos escurrir, mejor en la nevera para que sequen y luego no tomen más harina de la precisa y necesaria para la fritura.
Enharinamos en un plato al que hemos incorporado dos cucharadas de harina de trigo y otras dos, de garbanzos, con su pulgarada de sal, todo lo cual hemos mezclado bien.
Sacudimos para quitar el exceso de harina y llevamos a la sartén con aceite de olivas bien caliente. Freímos.
El punto de fritura es discutible y, por tanto, discutido. Hay quienes prefieren los pescados hechos muy poco. El autor, sin embargo, es partidario de dejar las sardinas crujientitas. Así, según le dé a las soberanías de cada cual, se fríe hasta el punto deseado y se saca a un plato con un papel absorbente de cocina para que embeba el exceso de aceite.
Emplatamos. Hay quien es partidario de ponerle cosas para dar más lustre y color. Uno, en su modestia, cree que las sardinas deben servirse sin guarniciones. Ninguna le viene a modo y todas estorban.
Que sea de gusto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario