sábado, 10 de agosto de 2013

Tapa de guisantes salteados



Ya se sabe que las verduritas están en su mejor sazón en su temporada y recién cogidas y, como a falta de pan, buenas son tortas, si no estamos en temporada o no las tenemos recién cogidas, su sustituto natural y exquisito son las verduritas congeladas.

Como no estamos en tiempo pero sí, en ganas, hemos comprado unos guisantes congelados para presentarlos salteados con un poco de jamón. lo haremos en baja dosis, como tapa, para dejar sitio en el cuerpo para un plato principal.






Guisamos para tres, por eso tenemos más que suficiente con un cuarto de cebolleta tierna y un diente de ajo...





... y con un paquetito de doscientos gramos de guisantes, que abrimos y dejamos descongelar al aire de la tierra.






Picamos la cebolla y el ajo en pequeño, pero que se note. por ejemplo, en trozos del volumen de una lenteja.






Pochamos la cebolleta y el ajo en una sartén con un chorro de aceite como de dos cucharadas soperas y una pulgarada de sal.






Mientras pocha, cortamos en virutas unas lascas de jamón. Del orden de media loncha por comensal.






Cuando la cebolla se ve con un barniz perlado, añadimos el jamón, damos unas vueltas...






... y añadimos los guisantes. Así: tal y como están. Hay muchos doctrinos de la gastronomía que siempre dan un hervor a los guisantes antes de incorporarlos al guiso. Seguramente, hacen la mar de bien, pero el autor no circula por esa vía. Es más: el autor cree que la presentación óptima de los guisantes es poco hechos, lo justo para que no pierdan su incomparable sabor a primavera.






Damos unas vueltas, y dejamos que se haga a fuego medio.






Salteamos (como ya se explicó en la receta de las alubias con butifarra) y dejamos que los guisantes pierdan la humedad, lo que comprobaremos por el estado de las burbujas. Cuando burbujea poco y en pequeño, ya está.






Emplatamos.






Que sea de gusto.

















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